martes, 4 de diciembre de 2012

EL INFIERNO


EL INFIERNO - Félix Grande

El bien irreparable que me hizo tu belleza
y la felicidad que se llevó tu piel
son como dos avispas que tengo en la cabeza
poniendo azufre donde conservaba tu miel.

¡Cambió tanto la cena! Botijas de tristeza
en vez de vasos de alba tiene hoy este mantel.
Y aquel fervor, espero esta noche a que cueza
para servirme un plato de lo que queda: yel.

Rara está la mesa. La miro con asombro.
Como y bebo extrañeza y horror y absurdo y pena.
Se acabó todo aquel milagro alimenticio...

Tras un postre espantoso me levanto y te nombro,
que es el último trago de dolor de esta cena.
Y voy solo a la cama como quien va al suplicio.



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